Parolin: Mi presencia en Ucrania para traer la cercanía del Papa
Los compromisos y encuentros del cardenal secretario de Estado en el país del Este continúan hoy. Ayer, visitó en la sede del arzobispado mayor de Kyiv-Halych, a Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk. El papel de la Iglesia debe ser profético, convocando una gran oración por la paz, dijo el purpurado
Alessandro De Carolis – Ciudad del Vaticano
La proximidad mil veces demostrada por el Papa, desde la ventana del Ángelus hasta las numerosas «ventanas» de las audiencias públicas, se convierte en una proximidad «viva».
Así la definió el cardenal Pietro Parolin al final de la jornada de ayer, 21 de julio, dedicada a uno de los momentos centrales de la visita del secretario de Estado a Ucrania.
Una visita que lo llevó a presidir una misa, por la mañana, en el santuario mariano de Berdychiv y a trasladarse, por la tarde, al arzobispado mayor de Kyiv-Halych, donde reside el jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk.
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Del Papa «una gran cercanía»
En esta ocasión, el cardenal quiso reafirmar el sentido de su visita a un país que busca en una fe resistente la fuerza para afrontar el drama de cada día. «El mensaje que he traído del Papa es de cercanía. El Papa lo ha expresado de tantas maneras en los últimos años», utilizando “ese adjetivo que queremos usar, ‘la martirizada Ucrania’».
«Desde el principio, el Papa ha mostrado una gran cercanía, una gran participación en el dolor y el sufrimiento de este pueblo». Mi presencia, subrayó el cardenal Parolin, «añade algo digamos ‘vivo’ a esta presencia del Papa, que comparte el dolor pero sobre todo querría poder ayudar a abrir» una «solución a esta guerra».
Esperanza en Dios
Esta mañana (por ayer, ndr.), recordó el Secretario de Estado, «dije en mi homilía que el papel de la Iglesia debe ser un papel profético, según la imagen del profeta Elías. Llamar a una gran oración por la paz, partiendo de la convicción de que todo es posible para Dios y de que, aunque nuestras esperanzas sean siempre finitas y limitadas, sabemos que Dios es más grande que nosotros mismos, que nuestros corazones y que nuestras posibilidades».
Una construcción que avanza
El purpurado también compartió un recuerdo, tanto más significativo si se compara con el escenario de destrucción que sufre Ucrania desde hace dos años y medio. Hablando desde la sede del arzobispado mayor, dijo haber constatado los «grandes progresos» realizados desde que la visitó en el 2016.
En aquel momento, la estructura estaba aún en sus inicios, y aunque «no está terminada ahora, sin embargo – señaló el cardenal Parolin – se han hecho progresos considerables y muchas partes, especialmente la Iglesia, han avanzado. Me alegra ver estas cosas».